ESPECIALISTAS EN MEDIOS S.A. DE C.V.
Es poco claro el proyecto de López Obrador.
domingo, 12 de noviembre de 2017
AUTOR: Armando Reyes Vigueras GENERO: Nota Informativa
FUENTE: Siempre PÁGINA: 13-15
COSTO: $142,968.00
Versión.

La polémica que se desató por el artículo de The Economist en el que se describía a Andrés Manuel López Obrador como un político en el polo contrario de lo que representa Lázaro Cárdenas, lejos de clarificar la postura de quien es el aspirante presidencial más aventajado, ha generado una compleja comparación que se agrega a la discusión acerca de las opciones para el votante en 2018.

Pero se trata de un paralelo que no atiende al verdadero significado de lo que es el cardenismo y su aportación a la política nacional.

"Es difícil comparar un momento en el que justamente se está transformando todo, se está construyendo un nuevo modelo político con uno en el que parece que estamos viendo el desfondamiento de esa misma estructura", aseguró en entrevista con Siempre! la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia y autora del libro La oposición política: otra cara del siglo XX mexicano, Elisa Servín González.

Para la académica, López Obrador ha retomado la bandera cardenista, principalmente en recuperar el control del petróleo, "el articulo tiene razón en el sentido de la síntesis de que Lázaro Cárdenas tuvo un proyecto de trasformación basado en la reforma agraria y la nacionalización de la industria petrolera, y lo que es evidente es que Cárdenas tuvo un proyecto de gobierno que dio a conocer mediante un plan sexenal; y con López Obrador no acaba de quedar claro qué va a a hacer y cómo, y su gestión en el gobierno del aquel entonces Distrito Federal no se sabe cuál fue su aportación en términos sociales".

El cardenismo, asunto muy complejo

Michael Reid, quien escribió el artículo en el medio inglés bajo el seudónimo de Bello, aseguró que Lázaro Cárdenas fue un "orgulloso constructor de instituciones, no un populista", con lo cual se abrió el debate acerca de si esa referencia se podría aplicar respecto al presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas que miden las preferencias ciudadanas para las elecciones presidenciales de 2018, carrera en la cual el propio dirigente ha asumido como bandera la defensa de los recursos energéticos del país -de manera similar a Cárdenas- y el nacionalismo.

Reid cree -como lo expresó en el texto publicado el 4 de noviembre- que lejos de la postura de convocar a la unidad del expresidente que nacionalizó la industria petrolera, el tabasqueño es más dado a fomentar la división.

No obstante, hay que clarificar qué es exactamente el cardenismo y si en el actual contexto que vivimos es válida la comparación. Elisa Servín compartió con Siempre" lo que representa este movimiento.

"El cardenismo es un asunto muy complejo, pero en síntesis tiene dos vertientes, la política que tiene que ver con la conformación, con uno de sus fundadores, del sistema político mexicano, y, por otro lado, lo social, que es la reivindicación del cardenismo como ideología, como orientación de movimientos sociales, que no necesariamente pasan por estructuras políticas", explicó la investigadora.

De igual manera, prosiguió, el cardenismo "en momentos distintos, sirvió para darle un nuevo impulso a intentos de participación política, como a movimientos sociales; en el primer caso, el cardenismo político tuvo dos momentos clave en el siglo XX en el que se le busca recuperar como vanguardia política. Uno fue en la coyuntura de la elección presidencial de 1952, cuando surge la candidatura del general Miguel Henríquez Guzmán, que dio origen al movimiento Henriquista, y la segunda fue, evidentemente, la Corriente Democrática de Cuauhtémoc Cárdenas, que curiosamente es el mismo esquema de lo anterior porque inició como un intento de transformación en el interior del PRI, de renovación política y que, al encontrar obstáculos en el sistema, optó por la escisión, por la ruptura, y se transformó en 1989 en el Partido de la Revolución Democrática", completó.

"En ambos casos", añadió nuestra entrevistada, "hay una reivindicación del cardenismo como idea política y hay una reivindicación del cardenismo como ideología, que permite también dar a conocer demandas sociales, agraristas, obreristas, de la soberanía, la formulación de una propuesta democrática".

Elisa Servín González, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia y autora del libro La oposición política: otra cara del siglo XX mexicano.

Personaje autoritario

De acuerdo con la lectura que Elisa Servín hizo del texto publicado en The Economist, "por lo menos durante su gestión [de López Obrador] tampoco quedó muy clara su aportación socioeconómica, los segundos pisos fueron un proyecto de inversión público privada que mucho se criticó porque tampoco fue un proyecto de transporte público que favoreciera a la clase trabajadora, tampoco está claro cómo reactivará la economía".

Adicionalmente, la investigadora resaltó que se trata de un personaje autoritario que "tiende a concentrar el poder y las decisiones, que tiene un lenguaje coloquial, tampoco tengo claro cuál es su proyecto de transformación socioeconómica".

Resumiendo, para Elisa Servín, Lázaro Cárdenas fue el gran constructor del sistema político mexicano, "es quien pone una de las palancas fundamentales para el desarrollo de la economía mexicana del siglo XX con la expropiación petrolera y la reforma agraria y, en este momento, no queda claro si un proyecto como aquel podría funcionar con la economía globalizada, transnacionalizada".

Y considerando las demandas ciudadanas en el marco del actual proceso electoral, siguiendo con la línea de analizar el discurso del dirigente de Morena, la investigadora del INAH apuntó que tendría sentido reivindicar la bandera de la justicia social, "pues es uno de los pilares del régimen posrevolucionario, ahora como combate a la pobreza y la desigualdad, es el gran pendiente de la clase política mexicana a partir de la revolución", por lo que considera que un candidato que se dice de izquierda debe retomar el eje de esa propuesta.

"Evidentemente las condiciones no son las mismas, el nivel de autonomía de un gobierno es distinto, y la pregunta es si López Obrador mantiene un discurso eminentemente nacionalista, pero en la práctica cuál puede ser su capacidad de negociación, de gestión y de llevar a la práctica proyectos -y no sólo para él, sino para cualquier gobernante-, pues las decisiones se toman en otros espacios, la clase política se está convirtiendo en gestora de los intereses económicos transnacionales; en ese sentido, qué capacidad puede tener un gobernante que se dice de izquierda para navegar en ese mar de tiburones y ponerlos a trabajar en un proyecto de redistribución de la riqueza".

Proyecto de transformación

Una de las preguntas que se planteó durante la entrevista Elisa Servín fue la que revisa el resultado de un posible gobierno de López Obrador en la gestión ante empresarios, como Carlos Slim, para pedirles que paguen más impuestos, inviertan más para generar empleos y riqueza.

"La base de un proyecto así es el apoyo popular, no me voy a meter con la palabra populismo porque está muy manoseada, pero para que un gobernante inicie un proceso de transformación social necesita del apoyo de la sociedad; si no lo tiene, no hay nada que hacer. Mi pregunta es qué tanto el sistema político mexicano -tal y como lo padecemos- puede generar ese apoyo. Qué tanto López Obrador puede ganar una elección, que su triunfo sea reconocido, y qué tanto apoyo tendría de la sociedad mexicana para impulsar una transformación socioeconómica en una coyuntura tan compleja. Cárdenas tuvo un gran apoyo en la sociedad, principalmente en las clases trabajadoras, no entre las clases medias, y qué tanto López Obrador puede apelar a ello si solo se ha concentrado en formar un partido en el que se decide todo de arriba para abajo", reflexionó nuestra entrevistada.

Asimismo, Servín González descartó que la crítica que se hace en The Economist acerca de la tendencia del aspirante de Morena a pelearse con todo el mundo tenga sentido discutirla, "acabamos de ver cómo un personaje demagogo y que se pelea con todo el mundo tuvo la capacidad de apelar a esa base social que lo llevó al triunfo, como el caso de Donald Trump, obviamente no l estoy comparando con López Obrador, por eso ese tema es el menos importante, pues este último come con empresarios, uno de sus asesores principales es Alfonso Romo, y entonces el problema no es lo que diga, sino lo que haga", concluyó nuestra entrevistada.
[tc <-]



 * Haga click para consultar la nota..
Enviar por correo electrónico:
 
  Su Nombre completo:..
  Correo(s) Destinatario(s)
[separados por ;]:
Asunto
 
  Comentarios: